¿Por qué te confundes y te agitas ante los problemas de la
vida? Déjame el cuidado de todas tus cosas y todo te irá mejor.
Cuando te entregues a Mí, todo se resolverá con tranquilidad
según mis designios. No te desesperes, no me dirijas una oración agitada, como
si quisieras exigirme el cumplimiento de tus deseos. Cierra los ojos del alma y
dime con calma:
¡JESÚS YO CONFÍO EN TI!
Evita las preocupaciones angustiosas y los pensamientos
sobre lo que puede suceder después. No estropees mis planes queriéndome imponer
tus ideas. Déjame ser DIOS y actuar con libertad. Entrégate confiadamente a Mí.
Reposa en Mí y deja en mis manos tu futuro. Dime frecuentemente:
¡JESÚS YO CONFÍO EN TI!
Lo que más daño te hace es tu razonamiento y tus propias
ideas y querer resolver las cosas a tu manera. Cuando me dices, ¡JESÚS YO
CONFÍO EN TI!, no seas como el paciente que le dice al médico que lo cure, pero
le sugiere el modo de hacerlo. Déjate llevar con mis brazos divinos , no tengas
miedo, yo te amo. Si crees que las cosas empeoran o se complican a pesar de tu
oración, sigue confiando, cierra los ojos del alma y confía. Continúa
diciéndome a toda hora:
¡JESÚS YO CONFÍO EN TI!
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